Protección contra incendios en infraestructuras de recarga de vehículos eléctricos: Retos y soluciones

TOMÀS NAVARRO |Director de Servicios en Enginyers Industrials de Catalunya

La transición hacia la movilidad eléctrica está transformando la forma en que nos desplazamos y, con ello, gran parte de las infraestructuras urbanas. Sin embargo, este avance tecnológico y medioambiental conlleva nuevos desafíos en materia de seguridad, especialmente en lo que respecta a la protección contra incendios en aparcamientos y las infraestructuras de recarga de vehículos eléctricos asociadas a estos. En una jornada organizada por el Col·legi Oficial d’Enginyers Industrials de Catalunya, expertos en la materia analizaron algunos de los riesgos asociados a estas instalaciones y las medidas necesarias para garantizar la seguridad. 

El nuevo paradigma de los vehículos eléctricos 

Aunque la implementación de vehículos eléctricos en nuestro país no se lleva a cabo a la velocidad que se estimó inicialmente, es innegable que su participación en el mercado aumenta gradualmente y en 2024 se cerró con un 11,4% del número total de automóviles matriculados (según los datos de ANFAC). En paralelo, la infraestructura de recarga de vehículos eléctricos continúa implementándose, necesaria para abastecer al nuevo parque móvil que se está formando. A pesar de este aumento en los últimos años, España está por debajo del promedio de los países de la UE en términos de penetración de vehículo eléctrico y la infraestructura de recarga correspondiente. 

Gráfico: Indicador de penetración del vehículo electrificado. Fuente: Barómetro de la electromovilidad (4o trimestre 2024) – ANFAC 

Los vehículos eléctricos representan un cambio significativo en el paradigma de la movilidad sostenible. A diferencia de los vehículos de combustión interna, que utilizan combustibles líquidos almacenados en depósitos, los vehículos eléctricos dependen en su mayoría, de baterías de iones de litio (conocidas como Li-Ion) que almacenan energía eléctrica. Este cambio conlleva riesgos específicos, especialmente en caso de incendio. Las baterías Li-Ion son actualmente, la mejor opción para almacenar la energía eléctrica que necesitan los vehículos para circular, pero puntualmente, se producen fallos en su funcionamiento que pueden producir fenómenos no deseados como la autocombustión (sin necesidad de aportación de oxígeno), la reignición una vez iniciada la combustión y aparentemente sofocada, la liberación de gases tóxicos y de gran opacidad y la propagación rápida del fuego, que conllevan un riesgo para los usuarios y complican las tareas de extinción, especialmente cuando se ubican en recintos cerrados y subterráneos.

Según datos presentados por Bombers de Barcelona, los incidentes relacionados con vehículos eléctricos de todo tipo (patinetes, triciclos, automóviles, etc.) han aumentado significativamente en los últimos años. En 2018 se registraron 2 incidentes, mientras que en 2022 la cifra ascendió a 54. Este incremento origina la necesidad de los responsables de prevención locales y autonómicos, de adoptar las medidas normativas necesarias para garantizar la seguridad de las infraestructuras, de los usuarios y de los equipos de intervención que actúan en caso de producirse un mal funcionamiento, haciendo frente así a estos nuevos riesgos asociados a los vehículos eléctricos y a sus puntos de recarga. 

Normativas y medidas de seguridad 

En abril de 2022, Bombers de Barcelona publicó la versión actual de la Fitxa 1.18 Revisió 1; un documento que establece las condiciones técnicas de seguridad necesarias para la instalación de puntos de recarga de vehículos eléctricos. Posteriormente, en noviembre de 2024, Bombers de la Generalitat publicó la Instrucció Tècnica Complementària ITC 147:2024, que amplía estas directrices a nivel de Cataluña, no obstante, su alcance se refiere, únicamente, a los aparcamientos definidos por el Código Técnico de la Edificación (CTE 2006) dejando fuera de su ámbito de aplicación, los establecimientos industriales regulados por el Reglamento de seguridad contra incendios en establecimientos industriales (RSCIEI 2004). Ambos documentos clasifican principalmente los riesgos en función de la potencia de los puntos de recarga y establecen medidas de protección activas y pasivas. 

Entre las medidas más destacadas se encuentran: 

1. Desconexión eléctrica: La ficha de Barcelona obliga a que todos los puntos de recarga deben estar conectados a un sistema de desconexión manual para cortar el suministro eléctrico en caso de emergencia. 

2. Señalización: Las plazas de aparcamiento con puntos de recarga deben estar claramente señalizadas para facilitar la identificación por parte de los equipos de intervención. 

3. Sectorización: En aparcamientos con potencias de recarga superiores a 8 kW, se requiere la creación de sectores de incendio para limitar la propagación del fuego. 

4. Instalación de rociadores automáticos: En aparcamientos subterráneos, es obligatoria la instalación de sistemas de rociadores automáticos de agua, especialmente en aquellos con potencias de recarga superiores a 22 kW. 

Innovaciones tecnológicas 

Como ya se ha dicho, uno de los mayores desafíos en la extinción de incendios de vehículos eléctricos es la reignición de las baterías. A diferencia de los incendios de vehículos de combustión, que suelen extinguirse con relativa facilidad, las baterías de Li-Ion pueden reiniciar el fuego incluso horas después de haber sido apagadas requiriendo la utilización de una gran cantidad de agua. Esto obliga a los bomberos a mantener una vigilancia constante y, en algunos casos, a retirar el vehículo afectado para sumergirlo en un contenedor con agua durante días. 

Además, los incendios en aparcamientos subterráneos presentan dificultades adicionales debido a la baja visibilidad, las altas temperaturas y la acumulación de humo. Estos factores complican las tareas de extinción y aumentan el riesgo para los equipos de intervención. 

Para hacer frente a estos desafíos, se están desarrollando nuevas tecnologías y sistemas de protección que permitan abordar estos incendios con medios diferentes a los utilizados hasta ahora. Entre ellas destacan: 

- Mantas térmicas. Utilizadas para contener el fuego y evitar la propagación, aunque su uso es más efectivo una vez que el incendio ha sido controlado. 

- Sistemas de extinción con agua nebulizada. Estos sistemas, que descomponen el agua en partículas microscópicas, son más eficaces para enfriar las baterías y controlar el fuego. 

- Detección temprana. La instalación de sistemas de detección avanzados permite identificar incendios en sus primeras fases, lo que facilita una intervención rápida y efectiva. 

- Lanza de penetración o estaca. Permite romper el contenedor de la batería para permitir introducir agua directamente en las celdas de la batería. 

- Agente extintor encapsulador. El agente F-500 potencia el nivel refrigerante del agua y permite controlar en menos tiempo el incendio de las baterías. 

A pesar de ello, todavía no se ha encontrado un sistema de extinción de este tipo de incendios que se considere realmente efectivo por los diferentes servicios de prevención. 

Implicaciones para los gestores y propietarios de aparcamientos 

En el caso de los aparcamientos privados, la instalación de puntos de recarga requiere de una cuidadosa planificación si se quiere evitar la proliferación de instalaciones individuales realizadas por los propietarios en base a sus necesidades individuales. A este hecho hay que añadir que, en muchas ocasiones, los aparcamientos comunitarios de edificios de cierta antigüedad no han realizado nunca ninguna adaptación a la normativa de protección contra incendios ni la adaptación de los cuadros eléctricos a los nuevos requerimientos de potencia y seguridad. Por todo ello, si bien es cierto que las potencias de los puntos de recarga en este tipo de aparcamientos no suelen ser elevadas, los riesgos derivados de las condiciones de las instalaciones existentes pueden llevar asociados algunos riesgos puntuales. 

Por otro lado, están los gestores de aparcamientos públicos de las ciudades, que debido a los nuevos hábitos de movilidad que se están imponiendo, deben replantear algunos de sus servicios y ofrecer nuevas soluciones a las demandas del mercado. Entre ellas, la disponibilidad de puntos de recarga de vehículos eléctricos o zonas de almacenamiento e intercambio de baterías para vehículos de movilidad personal, principalmente, motocicletas de alquiler. La adaptación de estos espacios, dando cumplimiento a las nuevas normativas de protección contra incendios, está siendo un auténtico desafío técnico en determinadas ubicaciones que, por su distribución y características existentes, hacen incompatibles o económicamente inviables, adoptar algunas propuestas de negocio. 

Conclusión 

La movilidad eléctrica es una realidad imparable, pero su implantación debe ir acompañada de medidas de seguridad adecuadas. La colaboración entre los diferentes agentes como son los técnicos que desarrollan las infraestructuras, los bomberos y equipos de intervención, los fabricantes de vehículos y los usuarios, es esencial para garantizar que las infraestructuras de recarga sean seguras y eficientes. La nueva normativa que complementa a la existente hasta la fecha, como son la Fitxa 1.18 y la ITC 147, son un primer paso, pero es necesario seguir innovando y adaptándose a los nuevos retos que plantea esta tecnología que nos acompañará en los próximos años. 

La instalación de una infraestructura de recarga de vehículos eléctricos implantada correctamente en una ubicación que cumple con toda la normativa técnica que la afecta, no debe presentar un mayor riesgo para un aparcamiento, por el hecho de estacionar vehículos eléctricos que utilicen esta infraestructura. 

En definitiva, la seguridad en las infraestructuras de recarga de vehículos eléctricos no es sólo una cuestión técnica del propio punto, sino también una responsabilidad compartida que requiere concienciación, formación y colaboración entre todos los actores implicados que permita garantizar la seguridad de todos.